
Inseminación Artificial
La inseminación artificial, la inducción de la ovulación y los coitos programados se conocen como tratamientos de reproducción asistida de "baja complejidad", ya que no requieren que la fertilización y el cultivo de embriones se lleven a cabo en un laboratorio.
Aunque las técnicas de baja complejidad son menos invasivas y costosas, su probabilidad de éxito suele ser baja, por lo que con el fin de minimizar el desgaste físico, económico y emocional de los pacientes sólo se utilizan en casos muy específicos.
Por lo general, las técnicas de baja complejidad consisten en estimular la ovulación mediante medicamentos. En éstas, la fertilización tiene lugar de forma natural dentro del cuerpo de la mujer, por lo quelos embriones no pueden ser monitoreados ni analizados.
Los medicamentos para estimular la ovulación conllevan riesgos como embarazos múltiples y el síndrome de hiperestimulación ovárica, por lo que su administración debe ser cuidadosamente monitoreada por un especialista en fertilidad.
Las técnicas de reproducción asistida de baja complejidad se dividen en:
- Inseminación artificial
- Inducción de la ovulación
- Coitos programados
Inducción de la ovulación
La inseminación artificial (IIU o IUI por sus siglas en inglés) es un procedimiento en el que se utiliza un catéter suave para introducir el semen del hombre al útero de la mujer justo en el momento de la ovulación.
Antes de realizar la inseminación, el potencial de fertilidad de los espermatozoides se incrementa a través de un procedimiento conocido como capacitación espermática, en el que se emplean una serie de técnicas de lavado y centrifugación que eliminan restos celulares, bacterias, leucocitos, espermatozoides de mala calidad y secreciones seminales.
Este método se utiliza para facilitar la fecundación en parejas con infertilidad inexplicable, alteraciones leves en los espermatozoides, problemas con el moco cervical, entre otros. Sólo se recomienda cuando la mujer es menor de 37 años, con una historia clínica de infertilidad de menos de cinco.
Para obtener mejores tasas de éxito con la inseminación artificial es indispensable que las trompas de Falopio de la mujer sean permeables y que los espermatozoides del hombre cumplan con parámetros mínimos de normalidad. Las tasas de éxito de la inseminación artificial varían según la edad de la mujer, las causas de la infertilidad, la calidad espermática del hombre y otros factores. Éstas van desde 8 hasta 20 por ciento cuando se usan medicamentos para inducir la ovulación y son de tan sólo 4 por ciento sin dichos medicamentos.
Las mujeres mayores de 40 años tienen sólo un 2 por ciento de probabilidades de lograr el embarazo mediante este procedimiento, por lo que es recomendable que opten directamente por métodos de alta complejidad. Es importante señalar que, sin importar su edad, ninguna mujer debería someterse a más de dos ciclos de inseminación artificial antes de optar por la fertilización in vitro, cuyas tasas de éxito son muchísimo mayor.
Inducción de la ovulación
Consiste en la administración de medicamentos que hacen posible restablecer la ovulación normal de la mujer. Éstos conllevan riesgos como embarazos múltiples y el síndrome de hiperestimulación ovárica, por lo que su administración debe ser cuidadosamente monitoreada por un especialista en fertilidad.
La inducción de la ovulación se les recomienda a las mujeres menores de 32 años con problemas de ovulación tales como el síndrome de ovarios poliquísticos y la anovulación, siempre y cuando tengan una historia clínica de infertilidad de menos de tres años, sus trompas de Falopio sean permeables y los espermatozoides del hombre cumplan con parámetros mínimos de normalidad.
Un gran porcentaje de las mujeres que se someten a tratamientos de inducción de la ovulación logran ovular, pero no todas logran concebir o llevar un embarazo a su término. La tasa de éxito de la inducción de la ovulación depende de un gran número de variables tales como la edad de la paciente o la existencia de otros factores causantes de infertilidad y, dado que la mayoría de los embarazos ocurren durante los primeros tres a seis ciclos de este tratamiento, es probable que cualquier intento posterior sea infructuoso.
Coitos programados
Esta técnica consiste en monitorear el desarrollo de la ovulación para determinar el momento óptimo para que la pareja tenga relaciones sexuales y así aumentar su probabilidad de lograr el embarazo.
Los coitos programados se pueden combinar con la inducción de la ovulación para acrecentar la probabilidad de embarazo mediante el aumento del número de óvulos maduros disponibles.
Esta técnica es útil para las parejas jóvenes con problemas de ovulación y en particular para aquellas parejas fértiles que quieren aumentar sus probabilidades de concebir, siempre y cuando las trompas de Falopio dela mujer sean permeables y los espermatozoides del hombre cumplan con parámetros mínimos de normalidad.
Cuando los coitos programados se combinan con medicamentos se consiguen mejores resultados, sin embargo, sus tasas de éxito dependen de la edad de la mujer y la presencia de otros factores causantes de infertilidad. Por ello, en Provida sólo les recomendamos este tratamiento a pacientes menores de 32 años con una historia clínica de infertilidad de menos de tres.